miércoles, 14 de diciembre de 2016

Poema DESCENDENCIA




DESCENDENCIA



Sin preguntar a nadie,

simplemente

llegaron.

No hicieron caso de advertencias o prohibiciones.

Se anunciaron con las consabidas señales de siempre,

no planeados

no esperados,

no meritorios de reproche alguno.

Solo…vinieron.

Se dejaron caer,

en horas arbitrarias

dando paso al miedo

la sorpresa y el dolor.



Se asomaron, impostergablemente

en forma salvaje,

partiendo en dos su cintura

quebrantando sus caderas

separando sus piernas con la impetuosidad de una bestia.

¡Maravilla paradójica!

Poderosos y frágiles,

moldeables, gelatinosos, atávica porfía,  ellos…

NACIERON

a contrapelo de la Vida

en mezquinos intervalos de uno o dos años.

Amasijos en rosa de brazos y piernas

apenas dilatando la nariz

hasta lograr el zarpazo de oxígeno

que expandirá sus pulmones.

Desdeñando el gemido,

dando vida al aullido, nacieron

para sentar soberanía sobre su pecho.

Para beber de la sangre

y mordisquear el pezón de la hembra

de ojos aterrados

que por reflejo, los recibe

los palpa, los recorre

los huele y respira en un segundo,

hasta que surge el milagro:

“su pupila en la mía”.

Y ella, al saberlos, se condena para siempre por Amor.





Amanda Espejo

Quilicura / diciembre - 2016



lunes, 12 de diciembre de 2016

Poema DESMEMBRADA, en Revista Gealittera N°27


Nuevamente, gracias a GEALITTERA ,  tuve el agrado de colaborar con mi poema DESMEMBRADA, compartir espacio con tantos nombres conocidos y valorados por mí.

Obviamente, también es la ocasión propicia para ir conociendo nuevas propuestas literarias que muy pronto ya se harán conocidas.

Agradezco gestión y pulcro trabajo de ambas editoras.







DESMEMBRADA



Desenmascárame, amor

arráncame este rostro de pantomima.

Yo NO soy esa, la endurecida

mujer adusta

caído el párpado

boca torcida

de añejos surcos contaminando su piel.



Concédeme la bondad de tu furia y…

¡Quiebra esta esfinge!



¡Yo NO soy ella!

Mil veces quiero, ser mujer rota

la fragmentada

la destejida.



Ya desmembrada

restaura mis comisuras al modo de tu sonrisa.

Paciente, lame mis trozos

arrastra todo polvo de amargura

desde la carne al hueso.

Luego, ensámblame, amor

respira en pleno mis hendiduras.

Insúflame el aliento de la Vida y yace conmigo,

bendecidos

embriagados tu y yo

por los dulces frutos de higo y miel.





Amanda Espejo

Quilicura / noviembre - 2016


Enlace para llegar a la publicación virtual: 

https://issuu.com/carmenmembrillaolea/docs/gealittera_27._m__scaras




martes, 29 de noviembre de 2016

Poema AMÉN, publicado en "Poesía de Mujeres"

Con la apropiada imagen que replico:



Ana Muela Sopeña ha publicado en su sitio: 

POESÍA DE MUJERES 

mi poema AMÉN

el cual es parte de la antología 

"Mujeres que NO callan"

 de Ediciones htuRquesa.


Para su lectura y para conocer más sobre el importante trabajo 

de Ana Muela Sopeña,

solo pinchar el siguiente enlace:





¡Gracias, Ana, gracias Ruth, gracias Vida!

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Poema VERDUGO DE AMANECIDA





Amable, compasiva

la noche extendió su brazo

desde tu alma a la mía.

y henos allí, desnombrados

sin argumento alguno

compartiendo fantasías

con los ojos bien abiertos, inmersos

en el plano de lo NO real.


Mundos paralelos          fantasmagóricos

eso siempre hemos sido.


En contrapunto, moneda de cambio

se nos otorga el consuelo de los sueños

y la corta vida que ellos albergan:

¡gozosa aventura mágica!

el revés del dolor

el consuelo, la risa-llanto.

Esa implosión que acrecienta

hasta el mínimo latido… es

un estirar del brazo

el alargue de los dedos

un agarre de cintura

y ese vaivén que nos mece

desde lo bajo a lo alto

por toda la geografía.

Texturas.

Sabores que se entremezclan

de lo dulce a lo salado.

Una extraña melodía

sin palabras, comprendida

es la que colma el oído y el deslizar de las horas.

¡Duérmete!, y duérmeme toda

que aún no trinan las aves ni ululan las sirenas.


¡Ay, noche!

Solo en ti no existe el día ni la amargura que implica.

¡Qué verdugo el despertar!





Amanda Espejo

Quilicura / noviembre - 2016



miércoles, 16 de noviembre de 2016

Poema MIENTRAS LEO





Como macho cabrío

sofocado

¡prendes!

Son tus ojos      brasas

la nariz alerta

temblor de cartílago

insinuante vello

a flor de camisa.


Perdido el escrúpulo

en dureza extrema

¡hierves!

sin vacilaciones ante mi toreo:

goce que provoca mi palabra erguida.


Esta noche

la ciudad entera

observa la súperluna.

Yo

mujer y cadencia

mientras leo      deslenguada

poesía

extasiada imagino

el ansiado arrime de nuestras mejillas

chirrido      candente      vaporizante

de mi pálida tez

con la rubicunda tuya.




Amanda Espejo

Quilicura / noviembre - 2016

miércoles, 9 de noviembre de 2016

Post lectura LA MÚSICA DE LA POESÍA


Una agradable experiencia resultó la lectura "La música de la poesía" en FILSA 2016. Sobre todo, por la compañía,  Hermosa poesía brindaron Pauline Le Roy y Amanda Durán, ambas mujeres muy intensas.



En realidad, no estuvieron todos los citados, pero Rodrigo Verdugo presentó muy bien a cada uno de nosotros, y junto a Manuel Andros tuvimos un interesante "mano a mano" poético-erótico.



Como siempre lo hago, agradecer a quienes me permiten ser parte de estos hermosos momentos que alegran la vida de quienes amamos el arte y las letras en particular.




¡Gracias Vida!

lunes, 17 de octubre de 2016

Colaboración con Día de la Escritora, Biblioteca Pública de Jalisco "Juan José Arriola"


Mi agradecimiento a la maestra Reyna Hernández Haro, por incentivarme a escribir este "saludo literario", para compartir, aunque de lejos,  con el pueblo mexicano:





Sobre los Procesos Creativos en Literatura
(Breves alcances sobre la importancia del camino en el oficio de escribir)


Tal como está diseñado en cada aspecto de la vida, en la creación literaria existe un camino particular que recorrer antes de llegar la obra deseada o concluida. Son estos procesos o hilar de sucesos los que, a mi parecer, enriquecen sobremanera el producto final.

Con el arte, bien lo sabemos, no se lleva el concepto de lo instantáneo.  Al contrario, cada paso transitado en busca de lo anhelado resulta emocionante, conmovedor y hasta mágico. Naturalmente, lo expresado no tiene que aplicarse como un axioma o verdad inapelable. Somos tan diversos los seres humanos, tan singulares en virtudes, inclinaciones, perspectivas y defectos, que cada cual tendrá su método de preferencia en particular.

Si nos atenemos a la escritura en prosa, sea breve o extensa, es muy posible que un método de rigor sea provechoso y logre regularmente los frutos deseados. Un proceso de ese tipo, suele constar de pasos muy marcados, recurrentes y abundantes en palabras que, según la destreza del autor, llegarán o no a buen puerto.

Sin embargo, la poesía es tema aparte. Soy una convencida – y así me lo dicta mi experiencia-  que para “atraparla”, debe haber una gran cuota de inspiración: un estado especial de sensibilidad en el alma que unida al buen manejo de los recursos literarios necesarios, logrará verter en el papel o pantalla, una muestra de humanidad, ya sea al expresar amor, dolor o rabia. Un considerable respeto por el lenguaje unido a una pizca de sazón de magia, y allí lo tenemos: nuestro poema emerge ante nuestros ojos como un milagro de expresión que muchas veces, ni nosotros podemos creer.

Ese acto creativo se podrá valorar o calificar de mil maneras, pero, insisto en expresar mi humilde opinión: su valor intrínseco, más allá de la belleza o el impacto que provoque en el receptor, es que ayuda a reconocernos. Es, lisa y llanamente nuestro reflejo: a veces conocido, otras ignorado, pero allí estamos, desnudos frente al espejo de nuestros ojos y de quienes nos leen o escuchan. Cada paso del proceso que nos transporta a este instante, resulta, ni más ni menos, que una parte insoslayable de la Vida misma.



Amanda Espejo / Quilicura / octubre – 2016


Biblioteca Pública del Estado de Jalisco / Día de la Escritora




Nota sobre MUJERES QUE NO CALLAN, y Ediciones htuRquesa

Una vez más la antología MUJERES QUE NO CALLAN,  sigue dando que hablar y entusiasmando a quienes conocen este significativo proyecto de Ruth Pérez Aguirre,  a través de su editorial cartonera Ediciones htuRquesa.

Y yo, una vez más me siento impulsada a compartir las buenas nuevas, dado que me siento muy grata de ser una de las muchas autoras que participaron en esta antología parida con el alma
.


En la ciudad de Tabasco (México). se llevó a cabo la cuarta presentación de la antología, y en este registro de "Edén, de Tabasco vengo", se puede leer la nota que hicieron sobre el tema. 



Mi ejemplar numerado de MUJERES QUE NO CALLAN 




En la fotografía, con Ruth Pérez Aguirre, en Santiago, Chile,
 durante la presentación de Ediciones htuRquesa, como parte del
  "IV Encuentro Internacional de Editoriales Cartoneras en Chile". 




Toda la publicación de "Edén, de Tabasco vengo" la encuentran en el siguiente enlace:



¡Gracias, Vida!

lunes, 10 de octubre de 2016

Presencia en antología "UNA PALABRA HACE LA DIFERENCIA". de Chile País de Poetas

Con mucho agrado colaboré con Nelson Carrizo y "Chile País de Poetas" en su proyecto/convocatoria; Por mil milenios de Paz

Como resultado de esta exitosa compilación de textos, nace esta antología: UNA PALABRA HACE LA DIFERENCIA, en donde voces de distintas partes del mundo lanzan su canto, exhorto o manifiesto a favor de la Paz. 

Tal como en muchas organizaciones y/o proyectos, por lo regular, las buenas intenciones no bastan para realizar todo lo deseado. En este caso en particular, no se pudo imprimir y se repartió como archivo a todos los convocados. dejando como alternativa, los pasos de impresión y encuadernación a cada autor. Yo, entusiasmada, me di a la tarea de inmediato, ya que además de la importancia del tema en torno al cual giran los textos,  la diagramación del archivo es muy hermosa y prolija. Para ello opté por hacerlo en mi taller; Trazos con Sello Propioen formato cartonero, y estoy muy contenta con el resultado, tanto así, que ya obsequié uno, con mucho cariño, a la escritora mexicana Ruth Pérez Aguirre, durante el IV Encuentro Internacional de Editoriales Cartoneras en Chile.


Invitación a la presentación de antología realizada en Rancagua, Chile.



Ejemplar de la antología encuadernado por Nelson Carrizo.


Ejemplar encuadernado por mí,  a "lo cartonero", que quedó en manos de Ruth Pérez Aguirre



Este. especialmente,  lo encuaderné para mí librero. 


Algo más sobre esta agrupación sin fines de lucro,  lo pueden encontrar en el siguiente enlace:

domingo, 9 de octubre de 2016

Invitación FILSA 2016: LA MÚSICA DE LA POESÍA



Lunes 31 de octubre, 15:30 horas
en Centro Cultural Estación Mapocho


MANUEL ANDROS

PAULINE LE ROY


AMANDA DURÁN


ÁLVARO RUIZ


Y


AMANDA ESPEJO




Modera: DAVID HEVIA


Música de RICARDO GARCÍA HUIDOBRO



FILSA 2016



CUENTOS, de Ruth Pérez Aguirre

Fotografías, gentileza de Olga Cartonera.



Sobre CUENTOS, de Ruth Pérez Aguirre

(coedición cartonera de Olga Cartonera, Chile,  Ediciones htuRquesa, México)
 



No es de extrañar que muchos/as escritores/as de literatura “adulta”, dediquen alguna parte de su tiempo a escribir sobre y para el mundo infantil. Es más: personalmente, pienso es una suerte de homenaje obligado hacia el preciado momento de la infancia, ese que todos transitamos y que, en la mayoría de los casos, no quisiéramos abandonar jamás.

Ruth Pérez Aguirre cumple con esta “tentación” a cabalidad, tal como si fuese un tributo anexo para agradecer a las musas por el constante fluir de su inspiración. Lo hace, estoy segura, con una sonrisa prometedora en los labios; con un leve temblor de misterio en cada punta de los dedos, mientras estos recorren el teclado para escarbar entre letra y letra, los nombres de los personajes que han de poblar cada ambiente dictado por su imaginación. Lo hace, me atrevo a asegurar, por un sentido de equidad, ya que existe una deuda no pactada en cada ser humano responsable con la infancia de hoy, con estos niños y niñas insertos en un mundo casi incomprensible, donde la magia de la palabra, esa que despierta el imaginario de la inocencia, es ya algo casi extinto.

¿Cómo no intentar, cual empresa quijotesca, compartir algo de ese mundo maravilloso que llevamos guardados en el corazón? Imposible. Entonces, ella lo hace, una y otra vez, como escala obligada entre sus novelas de muchas páginas, recorta parte del tiempo como si este fuese una caja más de cartón… y escribe, dibuja, pinta, y hasta imprime diversos pequeños mundos dedicados a la conciencia infantil. Porque ese es el camino en el que cree Ruth y hacia allí van sus pasos: crear una historia, compartir, asombrar, entretener, y sobre todo, sembrar en estas nuevas personitas, además del amor por la lectura, la importancia de cada acto personal cuando se quiere ser parte de un mundo positivo, como el que todos ansiamos muy dentro del corazón.







Amanda Espejo

Quilicura / octubre - 2016



RUTH PÉREZ AGUIRRE/ Nacida en Mérida, Yucatán, actualmente reside en Tabasco, México.

Maestra normalista, es egresada de la Escuela de Escritores “José Gorostiza” SOGEM, diplomada en Creación Literaria.

Su amplia obra como autora, destaca en los géneros de novela, novela breve, literatura infantil, poesía y cuento.

Ha colaborado en múltiples antologías de narrativa y poesía, en diferentes ciudades y países, en español e italiano.

Ediciones htuRquesa (2012), editorial cartonera de su creación, que ya sobrepasa los cinco años de vida.

Ha colaborado en múltiples antologías de narrativa y poesía, en diferentes ciudades y países, en español e italiano.


Sobre el trabajo editorial de Ruth Pérez Aguirre:
https://www.facebook.com/Ediciones-hturquesa-361427950624203/?pnref=story

jueves, 30 de junio de 2016

Agradecimientos a Mery Larrinua, Encuentros Literarios Internaciomales ELILUC

Me quedaba pendiente hacer mención en mi espacio y agradecer, obvio, la gentileza de Mery Larrinua, que una vez más tiene la preocupación de hacernos llegar los diplomas de participación en los Encuentros Literarios ELILUC, detalle generoso que le añade seriedad al acostumbrado esmero que pone en su trabajo.

Una vez más...¡Gracias, Mery! Todo el éxito del mundo para tu importante labor.






Para conocer más del trabajo de Mery Larrinua, pueden ingresar al siguiente enlace:




Participación en Antología Colectiva MUJERES QUE NO CALLAN, Ediciones htuRquesa (cartonera), México



Muy contenta de ser parte (y con libro en mano) de esta compilación de textos dedicados a la NO VIOLENCIA contra la mujer, proyecto concretado exitosamente por la escritora mexicana Ruth Pérez Aguirre, quien por medio de su Editorial Cartonera Ediciones htuRquesa,
consigue aunar voces a través del mundo para que estallen al unísono con un mismo fin.

El siguiente es el texto conque participé (Pág. 11):





AMÉN



Que no llegue todavía
Que se cuezan luego las papas.
Que no quede dura la carne y en su jugo prenda el sazón.
(Que le guste, dios…que le guste)
Que no beba más de dos tragos, o…
Que se tome la botella entera y se acueste tranquilo.
(Que no me pegue, dios…que no me pegue)
Que si me va a tomar lo haga rápido.
Que no me bese. Que no me hable. Que se baje pronto.
Y que por lo que queda de noche, me deje llorar en paz.
Así sea.


---- o O o ----

Entre otros países, Chile hizo presencia con las voces de Olga Sotomayor Sánchez, Marianela Puebla, Zarela Pacheco, Marcela Rodríguez Valdiviesoy de quien escribe.

Tan solo volver a agradecer a Ruth Pérez Aguirre por haberme invitado a ser parte de su proyecto, y a Olga Sotomayor por dejar en mis manos este preciado ejemplar. Amigas...¡infinitas gracias!

El hermoso trabajo de Ruth Pérez Aguirre lo pueden comenzar a conocer en el siguiente enlace:



martes, 28 de junio de 2016

Poema PARED CONTRARIA

 





Ahora haces falta, hombre

cuando el muchacho es crecido y con la madre no basta.

No hay cimiento que se afiance si no hay la pared contraria.


Hoy, tú le haces falta.

Cuando ya sabe de amores, de traición y desconfianzas

y retenido se halla

el abrazo de la niña que a su corazón llama:

esa que lo nombra padre, la dulzura, la añorada…

No exagero: le haces falta.

Aunque no sepa tu nombre

aunque no esboce tu cara

en su sangre te percibe y es tu abrazo lo que aguarda.

No dejes que la amargura contamine la esperanza

ni que la muerte te “cobre” con ese peso en el alma.

No mezquines,

no le niegues la certeza

de reencontrarse en tus ojos y escucharse en tu palabra.



Te lo digo sin rencores, sin envidia y en voz baja:

 hoy, sé le haces falta.

 

 

Amanda Espejo
Quilicura / junio - 2016

jueves, 16 de junio de 2016

Poema BROTES DE HIEDRA VERDE






Me aguardas, madre

inefable, bajo la losa de sombra fría.

No existen flores sobre el plano, pero…aguarda

planté unos brotes de simple hiedra para resarcirte el verde.

Ya no sufras por el gris de tu losa compartida.

¿Notas la lealtad del viejo ciruelo?

Él no te abandona.

Condenado a la misma tierra

no ceja en bridarte su frescura,

su lluvia de pequeños pétalos primaverales

o esos besos en rojo viejo de su fruta madura.

Rojo. Viejo. Como mi sangre, madre. Ésta, tuya y mía.

Huérfanas ambas de los abrazos que nunca fueron:

los límpidos, los serenos.



Me lloro, madre.

Nadie como yo sabe tanto lo que no fue.

Mas soportémoslo.

Aguarda otro tiempo no cifrado y en tanto, solacémonos  

con las otras flores: las tuyas, las mías.

Esas que crecen salvas atrás año conservando en su interior nuestra semilla

y estallan a su vez, de cara al viento

para multiplicarse hasta el fin del tiempo signado.



Soy nuestra jardinera, madre.  La tuya. La mía.

Todavía en mis años maduros escarbo la tierra ansiosa

para que seas testigo de nuestras flores; las tuyas y mías

y compruebes, con alborozo que tanta penitencia no fue en vano.



Aguarda, calma, madre.

Momento habrá en que las respuestas perderán todo sentido

ante la tibieza eterna de un abrazo compartido.

El tuyo. El mío.





Amanda Espejo
Quilicura / junio - 2016






lunes, 16 de mayo de 2016

Poema ME HABLAS




Me llamas.

Que te hable, dices…que te diga.

¿De qué quieres que te hable con esta escasez de palabras?

¿Qué podría pronunciar en medio de esta mudez necesaria?

Hay un tiempo en que el verbo enmudece por cansancio,

por hastío, por costumbre o miedo.

Otras, se repliega por horror.

De espaldas al camino, aprieta el puño y cierra los ojos ante el árbol de la Vida

y ese fruto exquisito que nos brinda, resultante en Muerte.

No miro, no hablo, no escucho otra cosa que el retumbar de un corazón desalado.



Que te hable, dices…yo digo: no te conozco.

No puedes ser tú si no soy yo ésta que calla,

que se empecina en desalojar el sonido de su mudo entorno.

“Sin voces no hay engaño”

(o un poco menos),
¿lo entiendes?

Sigue tú embelleciendo espacios con conceptos de colores.

Por hoy, paso.



Es tan hermoso el silencio…

Tan necesario para bien escuchar la demonia/musa pensante que yace en nuestro interior…

Contradecirla, rebatirle una a una sus perversas sugerencias.

Ordenarle que retire su corona de púas.

Exigirle que ¡pare!

que es tiempo perdido su ladina verborrea

que NO es yo, ni yo soy ella.

Que somos ambas, y muchas más,

herencia imborrable de madres y abuelas.



Que no queda nada que podamos hacer como no sea

sentarnos, calladas, a la vera del destino

a escuchar el rumor del arroyo, el silbido del viento,

hasta percibir ese atípico temblor de la tierra (esa grieta)

esa trizadura del tiempo que nos señala ¡con júbilo!el anhelado momento de retornar al Origen.





Amanda Espejo / Quilicura / Abril - 2016

jueves, 12 de mayo de 2016

BUENOS DÍAS TRISTEZA





Buenos días o buenas tardes, o buenas noches, da lo mismo. El fondo no cambia.

Ilusa yo, soñaba con que este año sería más tolerable que el anterior, pero me doy cuenta solo expresaba un deseo. La realidad es otra.

Tú llegas, tristeza, y todo buen augurio sucumbe.

La intención se divorcia del acto y la mente deambula pendular, de un extremo a otro.

“Por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa”.

Así reza una oración tradicional de los católicos, y así recé yo repetidas veces, golpeándome el pecho durante el rito a seguir en mis años escolares.

Así, inocente, repetí la letanía aún sin comprender del todo su significado, pero intuyendo algo amenazante se cernía sobre mi pequeña cabeza de siete u ocho años.

¿Fue allí que arribaste, tristeza

Me atrevo a afirmar que no, que fue antes, mucho antes.

Tal vez me acunaste en tu soporífera niebla desde el mismo saco uterino.

“Por mi culpa, por mi culpa…”

A pesar del importante lapso de tiempo que me separa de aquél momento, sigo, inconscientemente, repitiendo el estribillo desesperanzador, herencia de un legado patriarcal.

Innegablemente, si en aquél entonces no comprendía ni asumía el peso de la culpa, hoy aquello se ha magnificado a consecuencia de los errores cometidos.

Cómo quisiera poderme sacudir todo!

Errores propios y ajenos. Culpas. Remordimientos, fastidio, ira, desconsuelo. Mas, no alcanza una vida para ello.

Y sigo aquí, cada vez más aislada, girando apenas la rueda del molino mientras la molienda, cada vez más escasa, no es capaz de saciar el apetito del alma.

“Sobrevuelos” digo, cuando pienso en lo que hago, pero la verdad…diría que apenas camino.



Amanda Espejo, Quilicura/ abril - 2016



sábado, 5 de marzo de 2016

Poema MISMA / YO








Digamos…soy esa:

la que se moja el cabello para peinarse “al dedo”,

la que no dice “blanco” cuando le parece “negro”.

La que teje palabras con paciencia infinita

y atesora -las más de ellas- por un exceso de amor.



La misma, la “huacha”,

la que creció silvestre  rodando por la ladera.

 (Pequeños los pies desnudos corrían junto a la acequia).



La que entona mientras rebana las papas,

sueña al sazonar el guiso y gruñe al lavar los trastos.

La que tiende su cama, la que barre las hojas

la que aún usa tetera pues desconfía del hervidor.



La que pare sus crías en vivo,

(la que lame, la que mece, la que acuna)

las que lleva para siempre en medio del corazón.



La que escribe en papeles que regala al viento.

la que  a gusto, pies en tierra,

grita el poema que le dicte la sangre.

La que busca, la que observa, la que anhela

ese algo intangible  y esquivo  que nunca llega.



La que  hoy hace mil planes y olvida la mitad.



¿Yo?

 Yo soy esa, la que resguarda, celosamente

un secreto atávico guardado entre las piernas,

empeñada llegue el día… ¡qué porfía!...

todo tenga algún sentido

y aparezca el elegido que lo sepa develar.








Amanda Espejo

Quilicura / enero - 2016




sábado, 23 de enero de 2016

CIERRO LOS OJOS

Gentileza de: http://cerrorenca2009.blogspot.cl/



Hay algo extraño en el aire. No sé si es dentro de este microbús (303, Quilicura) o afuera, envolviendo el largo ondular de la carretera Panamericana.

Pongo todo mi empeño en concentrarme en parte de lo que pasa tras la ventanilla: fábricas y más fábricas; casas viejas; alguna plaza antigua a medio extinguir, una que otra vulcanización y paradero tras paradero se suceden sin que mi creciente ansiedad logre focalizar su causa.

¿Qué hace tu nombre aquí, anclado en mi pecho, en un momento así?

La parada frente a Coproflor, deja entrar por puertas y ventanas un olor casi denso, aromas calientes a flores de todo tipo, afectas al inmenso calor de verano.

No puedo evitar hacer correlación entre flor, cementerio y muerte. Cierro los ojos.

Pero…otra vez... Dime: ¿qué hace tu nombre a punto de desbordar mis labios?

Inquieta a más no poder, abro los ojos. A contraluz de los bellos tonos del atardecer, como un mal augurio, me impacta la nitidez de la cruz del Cerro Renca.

¿Una cruz? No puedo desconocer las coincidencias y en este momento, debo creer en ellas. Negarlo sería aceptar la posibilidad de tu triste partida.

Cierro los ojos: sigo viento la silueta de los maderos en cruz. Los abro.

Entonces sucede lo inexplicable: te veo, hombre-cometa, recortado contra el cielo del atardecer, brazos y piernas extendidos, en plena lasitud, entregado a una lenta pero inexorable ascensión. Un cable que pende de tu tobillo se mece suavemente con el viento. Arrebatada, me alzo para agarrarlo en un loco intento por detenerte, por conservarte aquí, en el mundo de los mal llamados vivos, pero es inútil: una y otra vez mis esfuerzos se ven frustrados. No te alcanzo.

Y grito. Grito muy fuerte pensando hacerme notar: ¡Detente hombre-cometa! No puedo soportar tu partida. No soy capaz porque, aún peor que tu fuga, me es insoportable la certeza de que no puedo hacer nada con respecto a ti. QUE NUNCA PUDE HACERLO.

Dentro de mi cabeza, las letras de la palabra “nunca” se agigantan lo indecible, hasta que mis sienes parecen estallar de dolor.

Abro los ojos para dejar de verlas y, efectivamente, desde la ventanilla, nada veo, excepto el mismo cúmulo de tierra que va quedando atrás, y un desfile de nubes rosa y violeta que se niegan a sucumbir al gris.

Me convenzo: todas estas visiones son producto de la modorra. Culpa de la ola de calor. Consecuencia de un largo viaje de regreso a casa en la hora peak. Y tú -reafirmo-, nunca estuviste elevándote ante mis ojos.

Este último pensamiento inunda mi pecho de tanta paz, que no deseo ver nada nuevo que me perturbe.

Vamos llegando al trébol de Panamericana. Consciente de ello, cierro mis ojos con fuerza y concentro toda mi atención en contar los cuatro paraderos que faltan para acabar mi viaje. Pasado el tercero, abro los ojos y me apronto a bajar.

Ya es noche, y ella se ha tragado hasta la última de las nubes. Su tonalidad pareja tampoco permite distinguir en lo alto nada más que algunas estrellas. Curiosa, igual alzo la mirada para confirmar que no hay nada anormal. Una media luna lejana es lo más que resalta en el plano oscuro. La observo para saludarla como siempre hago y allí, colgando de una de sus puntas, creo ver un colgando un largo hilo que nace de una mancha irregular más grande y oscura que las que se suelen ver.

Quedo absorta. En un gesto instintivo, los dedos de mi mano se alzan sobre mi cabeza.

¿Es… que… podría ser…?

Temblando, cierro los ojos y apuro el paso.





Amanda Espejo

Quilicura / enero - 2016

viernes, 22 de enero de 2016

Poema GRATITUD





Cosas que agradecer, cosas sencillas, de todos los días y en cada momento que, precisamente por

ello, parecieran no tener importancia:





Sobre mi cabeza, tres pesos de tintura oscura

mantienen a raya las canas.

No hay heridas abiertas sobre el campo triste de mi piel.

(Adentro…adentro es otra cosa)

Mis dos ojos miran, y además, ven

uno más que el otro,

y mis oídos registran en vivo

desde la estridencia del gallo

hasta el rechinar de la cama

(ésta, que se mueve todavía).

Esta corriente mañana,

un tazón de leche humeante alborota mi nariz

con el olor insoportable de la añoranza.

Alerta está la memoria

que va estrujando momentos

almacenados en las trincheras del patio,

girando en ruedas de patín, escondidos

en los estuches de palo sobre el pupitre.

Recuerdos dulces se desparraman en mi boca

y puedo sonreír con ella,

y puedo mostrar, relativamente

unas hileras de dientes con bajas disimuladas.

Ambos, ellos y yo podremos

Incorporar a la lengua al festín de medio día

combatir con alborozo una cazuela y su choclo

y darle, diente con diente, hasta que la barriga duela.

¡Duela de gusto y de llena!

Llena, llena, llena…

Tan llena de bendiciones

como un común y corriente día

de una mujer y un hombre cualquiera.





Amanda Espejo

(Rescate de textos, año 2007)

jueves, 21 de enero de 2016

TRENZAS SOBRE UN CINTILLO




Para pasar las horas de una tarde sofocante, cojo un cintillo roto y trenzo, (como antes)
manojos de hilo torcidos sobre la curva de alambre.

Trenzo, madre, con el tejido de “mango”… ¿recuerdas? El que usabas para sellar las bolsas de compras, mismas que luego vendías para comprar el pan familiar.

Trenzo, y  en ello me transporto a la niñez perdida que todos quisiéramos olvidar.

Tú cortando las tiras plásticas, y nosotros, todo quien fuera capaz de mover los dedos,
trenzando interminables sogas de colores que tus sabias manos anudarían para confeccionar una malla.

Yo, trenzando, pensando era un juego, algo para remontar las largas tardes aislada, sin derecho a salir de casa, jugar, o hacer amigas.

Los postigos entornados, encerrados todos por necesidad y capricho de él: tu compañero elegido.

¿Pensaste alguna vez en el daño causado, heredado sin miramientos a cada uno de tus hijos?

Pienso que no. Que la realidad se te extravió muchos, muchos años antes. Tal vez, en plena adolescencia: un par de trenzas largas enrolladas en tu cabeza, tratando de dar el “gran paso”, el mismo de tus hermanas y que tú nunca pudiste igualar.

Trenzo tal como te vi peinar mis trenzas escolares, antes de que él se antojara por cepillar mi cabello y las reemplazara por un cintillo.

Tú trenzas y yo trenzo.

Las tiras de plástico se amontonan mientras no dejo de mover mis dedos ágilmente, en muda competencia para ver si te gano. Si te ríes por ello. Si me dejas parar un momento y descansas conmigo.

Quiero abrirme para ti. Destrenzar las palabras de mis sueños y exhibírtelas en todo su candor.

Mas, no hay tiempo. La hermana pequeña pide su leche y llora por muda el hermano menor.

Tu orden (un machetazo) corta, una vez más, toda posibilidad de intimidad entre las dos.


Hoy, un día al azar, trenzo manojos de hilos de cáñamo sobre un cintillo viejo, y ese simple acto, de antiguos conceptos mancomunados*, desafía la línea de tiempo hasta traerte, nuevamente, junto a mí.






P.D.  Dicen, gente que nos conoce, no entender el  porqué te escribo tanto.
¿Acaso no saben eres mi primer y último cable de arraigo a esta tierra?



*Conceptos ligados a la niñez: trenzas y cintillo.



Amanda Espejo

Quilicura / enero - 2016

miércoles, 20 de enero de 2016

Poema LA CIUDAD SIN TI






LA CIUDAD SIN TI




Estreméceme el vacío que se apropia

de cada recoveco citadino:

no hay esquina ni plaza que se justifique

si en su entorno, no te encuentro.

Doliente, podría seguir sin tiempo

dejándome llevar por estas cuatro ruedas inconducentes.

Indistintamente del destino elegido

nada cambia. Sigues no habido.

Y así persistes,

entre millares de rostros multidireccionales

que entrecruzan el plano absurdo de esta ciudad.

Mi viaje, péndulo infructuoso

no tiene más sentido que observar

creer      pensar      desear

que en un quiebre del destino,

un desliz del Gran Titiritero

olvide tirar del siguiente hilo, entonces

tu tropiezo vahído temblor

te entorpezca el paso

y cual atenta saeta, te vislumbre este ardor

anhelo      urgencia      tormento      Amor

Solo un leve pestañeo (un guiño),

milésima de segundo de tus ojos en los míos…

¡Harán que despierte la urbe entera!

Se yerga      proyecte      consolide

como algo más que un cómic estático

y viñetas más o parlamentos menos,

en el meollo del drama, valdrá la pena haber vivido.






Amanda Espejo

Quilicura / enero - 2016

martes, 19 de enero de 2016

Poema VÍA CRUCIS

Un "rescate" de texto entrampado en un cuaderno viejo...





VÍA CRUCIS




Y fue la furia.

Y el desencanto, el dolor

en todas y cada una de sus exquisitas variantes


Y fue ÉL, sufrimiento,  canción majadera

martilleo irritante contra mis cuatro paredes.

No hay puertas ni ventanas por donde escapar.

(Los cuartos no tienen escotillas)

Tan solo un proyecto inconcluso de tragaluz decadente

por donde solían entrar los pájaros

aún  sin batir las alas

aún sin traspasar el límite,

nada más que el misterio milagroso de sus trinos.


Y fue la ausencia colgando de cada árbol, poste o cruz.

(¿Adónde se han ido los amaneceres?)

El cielo se quebró en mil pedazos

y cada uno de ellos se fragmentó hasta lo infinito

Lluvia de angustia recurrente. No puede.

No puede amanecer si no hay un cielo que lo sostenga

(Tampoco yo tengo piernas que me sostengan)

Este cielo pintado me ha convertido en  reptil.


Y fue el ascenso.

¡Pobre oruga sin alas!

Repta cuándo y cómo puede hacia la cumbre del sauce

(Los sauces no saben de cumbres)

Sus ramas se curvan inevitablemente al suelo otra vez

al principio, al origen del problema: el intrincado zarzal.


Y fue el descenso. O varios de ellos.

 Uno por cada palabra clavada en el corazón.

(Sus espinas me coronan cual profeta designada)

Y fueron los estigmas de no sé quién…

(Cada cual ha de tener los suyos)

Y fue tu nombre escrito en vivo sobre mis brazos:

te llamaste pérdida

te llamaste traición

aún sin promesas establecidas.


Y fue mi rabia por ti grabada en mí.

Y fue el escape,  y/o  la fórmula para seguir respirando.

Y fue la Muerte alisándome el cabello.

Y fue mi madre besándome la frente.

Y fue el llanto…

el alivio del llanto contabilizando las horas de mis días.

Y fue el retorno.

La postergación del viaje a la Isla de Los Muertos.

Y fue por ti. Por un nuevo intento.

Y fue la vergüenza enterrada en el patio

y los rencores tendidos al sol, expuestos a los cuatro vientos

hasta que no quede ni una pizca del gris.


Y fue el Azul* que llegó, en silencio, a instalarse

en todos mis rincones.

¡Ah, cómo le temo al Azul!


Y fueron dos y luego tres, y cuatro, y siguieron:

los pájaros han vuelto a gorjear en mi ventana.

(Ellos te han visto prendido en mis sábanas)

Y fue el empeño

y el cuero más duro y el aire más fresco.

Y fue la pena escondida, colgada, escapulario en el pecho.

Y fue la urdiembre

y fue el telar, los grabados y el cuaderno:

tierra nueva,  lisa y blanca

que mi puño-arado va partiendo.

Y fue este par de alas tercas persiguiendo mis sueños.

Y fuiste tú, TÚ, respondiendo.

Y fue el tiempo cediendo:

“Solo existe un hoy, el pasado ya está muerto”.


Y fue el viento llevándose mi nombre…no sirve…no sirve…

Y me llamé Masome*, como tributo al olvido:

No soy una, soy todas y cada una expuestas en mí.

Y fue mi cruz y la de todas.

Y fue el resto, el rescate del objetivo

la razón humillada contra el reinado violento de los sentidos.

(Y soy feliz)

Y así me he sentido por tantas y tantas veces que…

ya no importa lo que “ha sido”, sino, la persistencia

para vencer al destino.

Y fue este mismo rigor de monje para vivir siempre al filo

(Y es el canto de los filos en las plantas de mis pies)

y los “no”, y los “pronto”, y los “sí”, y los “mío”.


Y fue un paréntesis roto, porque el final no se ha escrito.

Por de pronto, nada más que la paciencia y una hilera interminable

de puntos suspensivos…………………………………………………………




Amanda Espejo

Quilicura/ 2006



*Azul: color que, según la autora, simboliza tristeza, melancolía.

*Masome: nombre creado para representar la fusión de los conceptos masoquista y sometida.