miércoles, 29 de febrero de 2012

Mi propuesta / Caldeo Estacional

Santuario de Auco - Febrero 2012



CALDEO ESTACIONAL


En  verano, Febrero  caldea.  Y a estas alturas del mes el viento es un bálsamo contra el desmayo. Las esquivas nubes (si es que las hay) parecen haber perdido todo efecto protector a favor de la Tierra. Asola el sol todas las latitudes y, unos más otros menos, los seres humanos no hacemos más que boquear como peces en espera del leve frescor nocturno.

Florecen hombres y mujeres sobre el césped de los parques y, dentro de ellos, cada fuente es una invitación irresistible a  chapotear en sus aguas. Quien puede, huye a los campos, a refugiarse de esta inclemencia veraniega bajo el frondón de los árboles.


Los más afortunados (según se mire) vadean en agua salada a lo largo de nuestra geografía. Lobos, focas, y hasta morsas humanas, juguetonas y multicolores,  recubren las faldas de arena que se descuelgan del plano para zambullirse en el mar.

¡Ah, cuánto se aprende y confunde del observar esta “fauna” que se solaza y literalmente se “asa” bajo el uso y abuso del sol! Una amalgama bullente de mujeres y hombres de todas edades y actitudes tiene el efecto de  hacernos pensar (y reflexionar) si no será todo aquello por lo que emerge esta histeria colectiva del 2012.

¿Qué somos? - me pregunto -, qué somos realmente? Y sobre todo… ¿cómo llegamos a serlo? ¿Sabemos apreciar lo que es un parque, un bosque, el valle, sus planicies, la montaña, sus laderas, el arroyo y, finalmente, la inmensidad casi sagrada del mar?

Si nos atenemos al goce de los sentidos, es indesmentible que sí lo sabemos. Mas…si fuere por el respeto y cuidado con que retribuimos las bondades naturales de nuestro ambiente, la respuesta es no.

Atardecer en Viña de Mar - 2012
 

En un simple paseo por una playa común y silvestre se encontrará evidencia suficiente para corroborar lo planteado. No vaya usted a pensar que es como antes, no señor: hoy en día, si le provoca jugar en la arena y temerariamente escarbar aún en las capas superiores, se ha de encontrar con un sinfín de cosas detestables. Ya no son tales como un arete, un anillo o unas monedas fugitivas de algún bolsillo (que siempre las hay), sino, BASURA, simple y llanamente basura en todas sus variedades. Vidrios, bolsas plásticas, envoltorios de cualquier cosa imaginable, colillas de cigarro, cáscaras de huevo, melón, sandía, etc. , caca,  y hasta los pañales desechables que se no alcanzaron a tirar al mar.

Vergüenza. No hay más palabra más apropiada que ésta.

Me pregunto… ¿de qué holocausto estamos hablando? ¿Acaso este no se está manifestando a diario en contra de nuestro planeta y de quienes lo habitamos/respetamos? ¿ Es culpa del calor o de cualquiera de las estaciones del año, este actuar soberbio y despreciativo hacia “el otro” que hoy resalta tanto ante la mirada atónita de quienes no podemos creer este desarrollo-subdesarrollado de la especie?

Indudablemente, los actos son responsabilidad de cada uno y tal como reza el antiguo dicho “por sus actos los conoceréis”, es precisamente en base a ellos que somos conocidos. No vale de nada la pose, el título, el rango, la tendencia o la alcurnia si, en los momentos de fervor – ya por alegría o rabia, sacamos nuestro lado oscuro y procedemos como unos salvajes indolentes y traicioneros, además, a la palabra que sale de la propia boca.

El frío invernal o el caldeo veraniego no son suficiente excusa para la ausencia de otro tipo de “caldeo” en nuestro ser: el de nuestro corazón. Ese que primero entibia tímidamente, hasta luego hacer arder el centro de nuestras emociones, particularmente una : el amor a la vida en todas sus manifestaciones. 


De vivirlo así, no podríamos obviar la valorización y respeto a nuestro entorno, nuestro planeta, nuestra amada Tierra. Tampoco podríamos olvidar que lo que hagamos de ella será, sin ninguna duda, lo que repercuta en el futuro de todas las especies. Entonces…¿por qué no aprovechar el placer que nos reporta el tiempo de vacaciones gozando de los bellos paisajes de la naturaleza para comprometernos interiormente a ser parte activa y respetuosa de todo ese encanto. Dicen, los que saben, que la diferencia que hace a hombre y mujeres ser entes superiores en el reino animal es su inteligencia y el don de evolucionar variados aspectos hasta niveles insospechados. Demostrémoslo, entonces, con pequeños gestos primarios que nos hagan sentir acordes con nuestra condición de “seres humanos”. No olvidemos que el sustantivo “humano” abarca muchísimo más que el caminar erguido o, como se dice vulgarmente, en dos patas. Demostremos y afiancemos con fuerza el porqué nosotros somos capaces de  pararnos en dos pies.

Maravillas en "verde" - Auco - 2012

Amanda Espejo
Quilicura / Febrero -2012

sábado, 25 de febrero de 2012

Mi conclusión / Nuestra música: ¡La mejor de todos los tiempos!

Verano -2012

La verdad es que la inspiración o urgencia de escribir llega en cualquier momento y por cualquier motivo.
Habrá que aprovecharla, digo yo...por cuestión de coherencia y sentimiento. De todo se aprende.


domingo, 12 de febrero de 2012

Mi agradecimiento a ...ARTESANÍAS LITERARIAS

Por publicar mis textos en su página virtual:







ARTESANÍAS  LITERARIAS
La revista que nunca duerme 
 Cuentos y poemas, textos literarios, ensayos, historia. 

 

jueves, 9 de febrero de 2012

CASAS VIEJAS

Esquina de Quintero - Chile - 2012


CASAS VIEJAS
(o Algo siempre se descascara)


Con toda seguridad, estas a cuyas imágenes me refiero ahora, no clasifican en la categoría de “casas viejas”. Añosas tal vez. Residencias antiguas o inmuebles deteriorados. No lo sé…todo depende del ojo de quien mire. En mi caso, estas “casas viejas” revestidas por una dignidad perenne e incorrupta al paso del tiempo, han sido para mí, desde siempre, motivo de fascinación. Y es que algo (o mucho) de literatura tienen. También de cine, que no es otra cosa que una historia en imágenes, y muchísimas de ellas se escribieron y filmaron en torno a “la casa embrujada” conque, más de una vez, se sobresaltaron nuestras noches de infancia. Personalmente, lo admito, además de su siempre bella arquitectura, lo que me atrae de ellas son, precisamente, sus historias; el tiempo de vida habitable que tuvieron y las tramas que se fueron tejiendo durante ese devenir.

Siempre me pasa lo mismo: mi intuición, sin caer en llamarla sobrenatural, parece captar misteriosas ondas magnéticas que pululan por los espacios abandonados como reteniendo entre sus oscilaciones cada detalle de lo allí acontecido. ¿Exceso de imaginación? No podría asegurarlo ni desmentirlo.


Mientras observo alguna de sus ventanas pienso…¿cuántas personas habrán asomado por ellas? ¿Cuántas se habrán protegido con sus celosías para luego, atisbar con disimulo por entre las hendijas de la madera? ¿Cuántas manos habrán corrido y descorrido sus cortinas al completarse el ciclo de noche y día? Y sus sinuosos pasillos…¿por cuántos pies fueron aplanados en un interminable ir y venir de pisadas en todos los tamaños? Y las puertas…¿a qué tipo de personas dejaron pasar o negaron su entrada? Sin duda, la retahíla de preguntas se me antoja interminable.