domingo, 19 de agosto de 2012

Tenues aleteos en azul





TENUES ALETEOS EN AZUL



Amanecí  en lento.

Por  cada parpadeo una explosión de mariposas azules.

Bello trance de medio sueño vislumbrar  lo  terrible que trasluce su vuelo:
                                   
  
Hay cientos de   peces varados en la orilla.

                   Aves migratorias no encuentran el  vuelo.

                                  Se alzan sin tregua  mareas devastadoras.

Asola inclemente la violencia del viento.

                     La Tierra agrietada ora piedad a la nube.

                                        Lamenta el árbol el tiempo que queda.
               
              Un perro  muerde la mano que  alimenta.

Hijos  a diario  alzados contra los padres.

                    Vergüenza de padre  violando  sus hijas.

                                         Hijas violentadas pariendo en la basura.
                       
                       Nadie juega la dulce ronda de antaño.

Cada pueblo intenta ser verdugo de otro.

              La Cruz  del monte ha quedado vacía.

                            Estéril ha sido la siembra de la Palabra.
                                    
                           Eterno  el perjuicio causado en  Babel.

Lagrimosos inocentes  se lamentan:

                      ¿Quién se arroga la verdad a cuestas?
                                               
             Levantan la voz los cuatro elementos:

                           “Él, nadie más que el hombre fatuo”



Un aullido de ira contenido brotó de mi ensueño hasta espantar la última de las aladas.
Libres mis ojos de sueños y vuelos supe las lágrimas han de ser azules.




Amanda Espejo
Quilicura / agosto - 2012




Mi...crocuentos: Enemigas e Incumplimiento.







ENEMIGAS


Me decía que era linda, que mis ojos, que mi porte, que no parecía de trece años.
Elegía mi ropa, cepillaba mi cabello, me peinaba con cintillo y me compró mis primeros zapatos de medio tacón. Insistía que no lo contara nada a “la otra”, que yo era su favorita, que él tenía dos esposas.
Un día, mientras hacía mis primeros intentos en la cocina, me abrazó por detrás, me tomó la cintura, me dio vuelta, y vi sus ojos cerca, muy cerca, antes de que me pincharan los pelos de su bigote en la cara  y algo mojado entreabriera mi boca.
Que no dijera nada, decía, que era nuestro secreto.
Sólo cuando al tiempo lo vi  haciendo lo mismo  con mis dos hermanas menores, comprendí que mi madre no era mi enemiga.



Amanda Espejo
Publicado en "¡Basta! de 100 mujeres en contra de la violencia de género"





INCUMPLIMIENTO


Es que ese no era el trato. Haz memoria…Desde un principio te conté todo, compartí contigo todas mis penurias. ¿Qué dijiste tú? Que ellos no sabían nada de nada, que nunca serían nada más que unos “macacos” en dos pies. Entre nosotras sería diferente, aseveraste. Juntas seríamos partícipes de los grandes cambios por venir. Te creí. Eras tan convincente y reconocida por tus ideales que te adoré. Nos besamos desafiantes en el metro y marchamos gritando a dúo por la igualdad. ¿Qué  no te gustó entonces? Algo entendí mal, porque de pronto, fuiste dejándome atrás.  Tú eras la brillante, la “cojones”, la digna de admirar. Yo la proveedora del día y  sometida en la cama. ¿Cuánto tiempo lo aguanté? Déjalo así. Lo lamentable es que cuando ellos te encuentren, te van a poner un número en el pecho y  vas a ser parte de esa larga lista que tanto odiabas.


Amanda Espejo
Quilicura / Noviembre /2011