viernes, 30 de octubre de 2015

Poema PRIMERO DE NOVIEMBRE







PRIMERO DE NOVIEMBRE

Algo pasa.
Un “algo” que oprime el pecho se avienta desde los muros.
Hay tantos nombres en la casa a pesar de estar vacía…
Algo me llama (y es tiempo)
Te digo: aguarda...
deja que suba la cuerda como en cuento de habichuelas,
deja que llegue a lo alto en pos de tu nombre (madre)
deja que tire la pequeña cerca blanca,
la que demarca tu Cielo incierto.
Deja que siga tu estela hollando la brizna verde,
deja que corra por ella hasta llegar a la acequia
esa, que nos separa, una por cada orilla.
Entonces, madre, saltaremos al unísono
alocadamente, una contra otra
hasta encontrar el punto de coincidencia,
mismo que por la Vida nos fue negado.
Y allí estaremos: regazo y cría,
sin otro idioma que el anhelado, el sin palabras
el sin “perdón”, el sin “disculpa”.
Nada más en la mente que contemplarte,
imaginando, el resto…¡ fue un sueño!
del que nada rescato, excepto, los escasos juegos en la plaza
donde tu danzabas, al viento plisada falda
y yo, pequeño cogollito de organdí
mirándote, era feliz.



Amanda Espejo
Quilicura / 30 octubre - 2015




martes, 27 de octubre de 2015

Presencia en Revista Gealittera, con poema PREPOSICIONES


Agradecer una vez más a Revista Gealittera por hacerme parte de su publicación N° 14, con el tema BÚSQUEDAS. En las páginas 64 y 65, mi poema:


PREPOSICIONES


Así te busco:

ante el espejo     bajo la mesa    
con los sentidos     contra ventana    
de noche a noche     desde la cama
en cuatro patas     entre las sábanas 
hacia el pasillo     hasta la puerta     
para colarme     por los rincones
según instinto     sin condiciones
sobre la almohada     tras la respuesta.

(Cabe decir que no estás, que no eres)

El eco trastornado de tu falta
inunda todas las preposiciones del cuarto.
Fluye un llanto seco de mis dedos, caracolea
desde el vientre hasta mi espalda. NO vienes.

(Si por lo menos anidaras en la palma de mi mano
podrías…¡acariciarme toda!)

Ya conforme con el arte del refriegue
y conjugado el verbo en todas sus opciones
invertiré la rueda fatal del minutero
para gozar al máximo esta “pequeña muerte”.

Una vez ida en la ambigüedad del sueño
repetiré inconsciente el predicado de siempre:
Buenas noches, amor…hasta mañana.




Amanda Espejo
Quilicura / Julio - 2011