jueves, 30 de junio de 2016

Agradecimientos a Mery Larrinua, Encuentros Literarios Internaciomales ELILUC

Me quedaba pendiente hacer mención en mi espacio y agradecer, obvio, la gentileza de Mery Larrinua, que una vez más tiene la preocupación de hacernos llegar los diplomas de participación en los Encuentros Literarios ELILUC, detalle generoso que le añade seriedad al acostumbrado esmero que pone en su trabajo.

Una vez más...¡Gracias, Mery! Todo el éxito del mundo para tu importante labor.






Para conocer más del trabajo de Mery Larrinua, pueden ingresar al siguiente enlace:




Participación en Antología Colectiva MUJERES QUE NO CALLAN, Ediciones htuRquesa (cartonera), México



Muy contenta de ser parte (y con libro en mano) de esta compilación de textos dedicados a la NO VIOLENCIA contra la mujer, proyecto concretado exitosamente por la escritora mexicana Ruth Pérez Aguirre, quien por medio de su Editorial Cartonera Ediciones htuRquesa,
consigue aunar voces a través del mundo para que estallen al unísono con un mismo fin.

El siguiente es el texto conque participé (Pág. 11):





AMÉN



Que no llegue todavía
Que se cuezan luego las papas.
Que no quede dura la carne y en su jugo prenda el sazón.
(Que le guste, dios…que le guste)
Que no beba más de dos tragos, o…
Que se tome la botella entera y se acueste tranquilo.
(Que no me pegue, dios…que no me pegue)
Que si me va a tomar lo haga rápido.
Que no me bese. Que no me hable. Que se baje pronto.
Y que por lo que queda de noche, me deje llorar en paz.
Así sea.


---- o O o ----

Entre otros países, Chile hizo presencia con las voces de Olga Sotomayor Sánchez, Marianela Puebla, Zarela Pacheco, Marcela Rodríguez Valdiviesoy de quien escribe.

Tan solo volver a agradecer a Ruth Pérez Aguirre por haberme invitado a ser parte de su proyecto, y a Olga Sotomayor por dejar en mis manos este preciado ejemplar. Amigas...¡infinitas gracias!

El hermoso trabajo de Ruth Pérez Aguirre lo pueden comenzar a conocer en el siguiente enlace:



martes, 28 de junio de 2016

Poema PARED CONTRARIA

 





Ahora haces falta, hombre

cuando el muchacho es crecido y con la madre no basta.

No hay cimiento que se afiance si no hay la pared contraria.


Hoy, tú le haces falta.

Cuando ya sabe de amores, de traición y desconfianzas

y retenido se halla

el abrazo de la niña que a su corazón llama:

esa que lo nombra padre, la dulzura, la añorada…

No exagero: le haces falta.

Aunque no sepa tu nombre

aunque no esboce tu cara

en su sangre te percibe y es tu abrazo lo que aguarda.

No dejes que la amargura contamine la esperanza

ni que la muerte te “cobre” con ese peso en el alma.

No mezquines,

no le niegues la certeza

de reencontrarse en tus ojos y escucharse en tu palabra.



Te lo digo sin rencores, sin envidia y en voz baja:

 hoy, sé le haces falta.

 

 

Amanda Espejo
Quilicura / junio - 2016

jueves, 16 de junio de 2016

Poema BROTES DE HIEDRA VERDE






Me aguardas, madre

inefable, bajo la losa de sombra fría.

No existen flores sobre el plano, pero…aguarda

planté unos brotes de simple hiedra para resarcirte el verde.

Ya no sufras por el gris de tu losa compartida.

¿Notas la lealtad del viejo ciruelo?

Él no te abandona.

Condenado a la misma tierra

no ceja en bridarte su frescura,

su lluvia de pequeños pétalos primaverales

o esos besos en rojo viejo de su fruta madura.

Rojo. Viejo. Como mi sangre, madre. Ésta, tuya y mía.

Huérfanas ambas de los abrazos que nunca fueron:

los límpidos, los serenos.



Me lloro, madre.

Nadie como yo sabe tanto lo que no fue.

Mas soportémoslo.

Aguarda otro tiempo no cifrado y en tanto, solacémonos  

con las otras flores: las tuyas, las mías.

Esas que crecen salvas atrás año conservando en su interior nuestra semilla

y estallan a su vez, de cara al viento

para multiplicarse hasta el fin del tiempo signado.



Soy nuestra jardinera, madre.  La tuya. La mía.

Todavía en mis años maduros escarbo la tierra ansiosa

para que seas testigo de nuestras flores; las tuyas y mías

y compruebes, con alborozo que tanta penitencia no fue en vano.



Aguarda, calma, madre.

Momento habrá en que las respuestas perderán todo sentido

ante la tibieza eterna de un abrazo compartido.

El tuyo. El mío.





Amanda Espejo
Quilicura / junio - 2016