jueves, 29 de abril de 2010

Mi paso / En rouge






EN ROUGE


Cuando calzo en rouge, el deterioro retrocede hasta el comienzo de las ganas, y ya no existe evidencia que entorpezca la urgencia de mis piernas.
Lozanas, prietas, mis pantorrillas brincan en dos el sendero culebrón, serpiente ondulante y llevante hasta el dominio de tu nombre.
Por el callejón del Campanario un coro de hojas secas cruje y se queja bajo mis pasos de fuego.
¿Será gemido o canción?
¿Y...es que no son la misma cosa?
Me excita al máximo su requiebro de sometimiento...pienso... en la delicadeza con que he de caminar sobre tu columna.
Pienso...en la promesa oculta en cada una de tus vértebras y en el poder de mi andar sobre tu cuerpo, así, en rouge, podré pisarte de punta a extremo, asolarte desde el alma hasta la punta de los dedos, hundirme en tus costillas hasta el pensamiento mismo, zapatearte las nalgas, doblegarte el sexo con la suela y el tacón y, estoy segura de que nada, NADA va a impedir el goce de ambos hasta el momento extremo del descalce, cuando, extasiados y extenuados de tanto goce doloroso, dejemos a la vera del colchón (amorosamente alineados) , este par endemoniado de zapatos en rouge.


Amanda Espejo
Quilicura / Abril / 2010

Collage: Amanda

miércoles, 21 de abril de 2010

Mi ensoñación / A veces...


A VECES...



A veces me en-duelo y me en-vuelo en pensar...
¿cómo será vivir un amor del bueno?
Y me imagino...
verle la cara a lo cierto del amor,
poder pasear de cara al sol
sin buscar el refugio de las sombras.
Sentarnos en el mismo centro de la plaza
declarando obsoletas las esquinas
y la soledad de sus vértices.
Los rincones: una opción,
un antojo del momento.
un juego de chiquillos malcriados.

¿Cómo será confiar en la verdad del amor?
Y lo imagino...
Aceptar las palabras tal como son:
bellos sonidos de agua clara
sin segundas ni terceras intenciones.
Aguardar la noche con fe: lo que es, ES.
Cerrar los ojos sabiendo que, al despertar
veré el rostro amado que conocí...
“Y el murmurará mi nombre
entre dormido y despierto
reafirmando mi propia identidad”.

¿Cómo será el amar a pecho abierto?
Y nos imagino...
Brindarnos en cuerpo y espíritu,
sin el recelo al “otro”, al “extraño”,
y libres del daño que ello implica.
Darnos confiados la mano y el alma
sin temor a otras mordidas
que las surjan de los ritos del amor...
“Son tus dientes en mis senos,
son los surcos de mis uñas en tu espalda”.

¡Cómo será llenar una semana de siete días?
y... ¡no lo puedo imaginar!
Para empezar,
nombrarte Amor de frente y enfrente.
Anteponer el “mío” a todas tus partes
y apellidar de “tuyas” las partes mías.
Desterradas serán las preguntas más básicas:
¿quién es este (tú)? ¿Quién es ésta (yo)?
Yo (ésta), soy tú y yo en ti.
Tú (este), eres yo y tú en mí.
Todo es simple y nada extraño:
“Una ofrenda libre en libre albedrío”.

A veces me en-duelo y me en-vuelo en pensar...
¿Cómo será el instante en que hasta la violencia se vista de Amor?



Amanda Espejo
Quilicura / Julio / 2006

lunes, 12 de abril de 2010

Mi interpretación / Ésta, será llamada mujer.


Para leer el texto:


(...)
Entonces dijo el hombre:
“Esto, por fin
es hueso de mis huesos
y carne de mi carne.
Esta, será llamada mujer
porque de mí fue tomada ésta”.

(...)
“Aumentaré de gran manera
el dolor de su preñez.
Con dolores de parto
dará luz a mis hijos,
y su deseo vehemente será por mí:
Yo la dominaré”.

(...)
Después de eso,
vio todo lo que había hecho
y ¡miren! era muy bueno.
Satisfecho,
colgó sus herramientas
y...se lavó las manos.


Este collaje lo tenía en mente - e incluso partes de él -, desde hace más de dos años, cuando por primera vez se gestó la idea de hacer un número especial de LA MANCHA. Como no se dio, decidí terminarlo ahora, ya que que las cosas inconclusas me producen intenso descontento con mí misma.
En un collaje, generalmente, está muy presente el símbolo. Trataré de explicar ahora el contenido "oculto" de este:
El texto es una ligera variación de los textos del Génesis. ¿El porqué?
Bueno, sólo hay que observar a nuestro alrededor.
El árbol es una versión del Arbol del Bien y del Mal en donde fue sacrificada la mujer; la manzana es el ícono representativo.
La mujer desmembrada representa la fragmentación de la esencia femenina en razón de uno u otro motivo en el sinuoso transcurso de la historia.
El cuerpo está vejado no sólo por el paso del tiempo, sino, por las miserias a que se ve sometido.
Los brazos son morenos y gruesos, simbolizando la calidez de la mujer de trabajo.
La piernas enfundadas en medias rojas y calzando tacón debido al rol de prostituta que le fue encomendado.
El rostro... el rostro conserva la calma por fuera, tal como lo tuvieron que hacer por siglos la gran mayoría de las mujeres de nuestra historia: sonreir, siempre sonreir y asentir. También representa la inalterable esencia de nuestra femineidad que persiste a pesar de las dificultades.
Las armas... en ello no se requiere más explicación: lo estamos viendo año tras año en nuestro país y alrededor del mundo. También usé instrumetal médico , ya que las prácticas ginecológicas, a pesar de practicarse impulsadas por una buena razón , resultan lo menos adecuadas al espíritu que las impulsa, tal como es el saber actuar en la delicada intimidad en donde se gesta cada nuevo ser.
Y eso... Sé que esto puede desagradar a algunos por una u otra razón, pero es privilegio del artista y del ser humano en general buscar la forma de expresión que le acomode y que lo interprete de lo manera más veraz posible. Es por ello que existe - tal vez como un consuelo - el libre albedrío. En plena facultad de mis perspectivas, hago uso de ello.


Amanda Espejo
Quilicura / Abril / 2010

martes, 6 de abril de 2010

Mi (tu) intento / Casi



CASI...

- ¡Casi...! - me dijiste.
Luego, te deslizaste sobre mi cuerpo y te recostaste a mi lado con tus ojos cerrados.
Casi...también pensé yo. Y tal como tú entrecerré mis ojos porque, en ese instante, las paredes del cuarto, las cortinas y hasta el espejo comenzaban a derretirse lentamente, como cera al sol, mientras tu orgasmo nonato se escapaba por la ventana agarrado al último de tus gemidos, robándose para ello una de las pequeñas alas que suelen brotarme en la espalda.
Yo, resignada, te regalé mi brazo izquierdo para que anidaras tu sueño en el hueco de mi axila, mientras los dedos de mi otra mano recorrían mi vientre rememorando su antigua tersura, la firmeza huída de mis senos y el calor fulgurante que alguna vez me provocó el sentir socavada, inundada y avasallada por el tamaño preciso la cuenca húmeda que esconde mis secretos entre una y otra pierna.



Amanda
Quilicura/26/04/07


Collage: Amanda