CASI...
- ¡Casi...! - me dijiste.
Luego, te deslizaste sobre mi cuerpo y te recostaste a mi lado con tus ojos cerrados.
Casi...también pensé yo. Y tal como tú entrecerré mis ojos porque, en ese instante, las paredes del cuarto, las cortinas y hasta el espejo comenzaban a derretirse lentamente, como cera al sol, mientras tu orgasmo nonato se escapaba por la ventana agarrado al último de tus gemidos, robándose para ello una de las pequeñas alas que suelen brotarme en la espalda.
Yo, resignada, te regalé mi brazo izquierdo para que anidaras tu sueño en el hueco de mi axila, mientras los dedos de mi otra mano recorrían mi vientre rememorando su antigua tersura, la firmeza huída de mis senos y el calor fulgurante que alguna vez me provocó el sentir socavada, inundada y avasallada por el tamaño preciso la cuenca húmeda que esconde mis secretos entre una y otra pierna.
Amanda
Quilicura/26/04/07
Collage: Amanda
quizá para la otra...será
ResponderEliminarpor ahora leer a tan genial poeta!!
besitos de luz
gracias por tus pasos silentes
ResponderEliminarmás muakismuakis
Si, Amanda, "Mientras más alto volamos, mas dura es la caída..."
ResponderEliminarUn abrazo primaveral,
íAN.
¡Qué buen CASI!
ResponderEliminarPerdón por las pocas palabras, pero realmente me quedo a boca abierta...
Excelente.
Tienes un talento maravilloso Amanda.