Como macho cabrío
sofocado
¡prendes!
Son tus ojos brasas
la nariz alerta
temblor de cartílago
insinuante vello
a flor de camisa.
Perdido el escrúpulo
en dureza extrema
¡hierves!
sin vacilaciones ante mi toreo:
goce que provoca mi palabra erguida.
Esta noche
la ciudad entera
observa la súperluna.
Yo
mujer y cadencia
mientras leo deslenguada
poesía
extasiada imagino
el ansiado arrime de nuestras mejillas
chirrido candente vaporizante
de mi pálida tez
con la rubicunda tuya.
Amanda Espejo
Quilicura / noviembre - 2016
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