martes, 31 de mayo de 2011

Mi ira / De un corte


DE UN CORTE


¿Sabes tú lo que es la rabia?
¿La impotencia?
¿La frustración repetida una y otra vez a lo largo de la vida sin que melle el cambio de sujeto a nuestro lado?

¿Haz oído rugir al monte o a ese viento que surge sin norte ni invierno?
¿Haz percibido el crujir del volcán increscendo que calienta nuestros pasos?
Realmente...¿sabes algo de lo que ocurre enfrente de tus narices?

Cada pregunta es un acicate a la ira, un leño que incrementa la hoguera del hastío.

Nada.

El hastío es frialdad sólo al comienzo.
Luego arde entre la furia de no poder soslayarlo.

Entonces...¿qué hago con esto?
¿Con esta furia que brota y se escurre por mis dedos, que los tensa, los curva y aprieta en el aire en busca de tu cuello?
¿Quieres que escriba poemas, un cuento costumbrista o un relato fantástico?
¡Una tirria sería el reflejo de lo nuestro!

Nada sale de mi boca como no sea desprecio.
Pena. De la amarga y de la negra
por este castrarse en vida a causa de la costumbre, de lo que digan, de lo que esperas.

Y este temblor retenido, este abrazo de muerte gestado a tu lado por cada falta, cada yerro, cada engaño...no ha de servir en vano llegado el momento.

¡Ay, de tus perversiones mi Mal Amado!
Y de ese existir cobarde que te tatúa el rostro.

La gota, por ínfima que sea ha de colmar el vaso.
Y el mío, de lleno empapa las sábanas, el cobertor y estos cuerpos que noche a noche agonizan en espera de un sólo gesto que ha de cortar por lo sano lo que de enfermo...
ya ES muerto.




Amanda Espejo
Quilicura / Enero 2011

3 comentarios:

  1. que buen experimento, sacar y echar a rodar los demonios, si es bueno , es liberador

    la Ira es un sentir muy profundo tanto como el amor
    la rabia de amar a veces se nos confunde jajaja

    besitos y nos vemos:)

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  2. Muy buen texto, Amanda.

    (La situación amerita un corte!)

    SALUDOS Y ABRAZOS GRANDES.

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  3. Estimada Amanda:

    Gracias por el envío. Recibí todo en buenas condiciones. Había ido el sábado al correo, pero sin el comprobante ya que me avisaron del recibo en casa cuando andaba en trámites en el Centro de La Serena. Fui hoy martes, puesto que ayer con la lluvia y todo el desorden en el trabajo (oficinas anegadas y documentos sopeados) no tuve tiempo.

    Pero hoy... este recibir fue un regalo, esperando en la espera, esperado. Y sé que estiraré el tiempo para leer y corresponder con estas palabras hasta mientras no podamos más. Por mientras, "No hay más que esto".

    Un abrazo grande.


    Luis Macaya Jiménez
    Director-Editor
    Revista Koyawe

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