…Y es que no es común (creo que para nadie) que los planetas
se alineen en sentido positivo: para decretar bonanza en alguna de sus múltiples
manifestaciones.
Este “veranillo de San Juan”, o “tiempo de asueto” si de tristezas se trata, comenzó a mitad de
año con la inclusión de mis textos en dos de las publicaciones de ¡Basta!, una
en contra de la violencia y otra en contra del abuso infantil. Puede parecer
algo muy sencillo para muchos “escritores encopetados”, pero para quien escribe
por vocación y necesidad de cuerpo y alma , se convierte en algo muy significativo.
Luego, la buena nueva desde México: la antología compuesta con autores de ambos
países estaba lista y a punto de ser presentada, hecho que ya aconteció y seguirá
su rumbo en otras tierras.
A esto se unen una serie de invitaciones a lecturas que han
sido, para mi fortuna, muy agradables y no me he arrepentido para nada de
haberlas aceptado: en la Caja de Los Andes, En Café Utopía y en Universidad
UCINF.
Regalos extras e inesperados he recibido por medio de las
redes de blogs que me he empeñado en formar contra viento y marea: textos
publicados en distintas revistas virtuales, como “Con Voz Propia”, “Ombligo”,
etc., más un regalo de un joven poeta amigo que se caracteriza por su
generosidad en todo aspecto: David Lethei, y la traducción que hizo a mi poema
“Hablando de faltas”.
Otra invitación sorpresiva se une a lo mencionado: de Mery
Larrinua, para ser parte de los textos leídos el día de ayer en el IV Festival Internacional Luz del Corazón.
¿Faltaba más? Así parece, pues unida a la satisfacción de
haber trabajado unos meses en compañía de mi querida Zara Bahdí, dando impulso
a una empresa cartonera: Calafate Cartonera, está la invitación de Eli Cárdenas
para hacernos una nota con respecto a Calafate y su primer hijo: EL PRINCIPITO.
Nadie que no lo haya hecho puede describir con veracidad lo que significa
trabajar en ese tipo de proyecto, y ello explica el afán cada vez más creciente
de muchos y muchas por trabajar en este noble material. Es una labor preciosa,
llena de espíritu creativo, en donde se puede dar rienda suelta a la
imaginación sin que edad, estilo, o cosmovisión de mundo sean impedimento en
ningún sentido, al contrario: la diversidad enriquece todo lo que brota.
¿Significa todo esto que no ha habido días grises para mí en
este último tiempo?
¡Para nada!, y es que no sería VIDA si no fuese así. Hoy
mismo es un día denso, lleno de compromisos por cumplir, pero así y todo no
quise dejar pasar más tiempo sin dar testimonio de lo que ha llenado mi cabeza
desde hace unos días. Los días todos y de todos son una secuencia de altos y
bajos, y los últimos, a veces se
prolongan más de lo necesario, pero….tiene que haber una postura frente a ello,
un aprendizaje humanitario a través del tiempo que se nos ha asignado, y parte
de esa enseñanza es saber reconocer y valorar cuando soplan “buenos vientos”,
miren que…la tormentas aparecen sin aviso y por cualquiera de los puntos
cardinales.
Sucedió que…a veces me asusto de tanta bendición y me
cuestiono si de verdad lo merezco. Obviamente, no puedo responderme esa
pregunta, pero confío en que alguien
o algo muchísimo más sabio (o sabia)
que yo, sabe comprender mis faltas, explosiones y desatinos, y se queda con lo
mejor: estas ganas de saber, de hurgar, de hacer y deshacer, de comprender
hasta las preguntas mínimas conque nos enfrenta este acto impuesto e
indescifrable de Vivir.
En el intertanto, me conformo con agradecer lo recibido y
compartir lo aprendido.
Amanda Espejo
Quilicura/ Diciembre-2012
Bueno, creo que asustarse también es una cuota de humildad, pero creo que tienes todos los méritos que sobresalen en tu obra y es estupendo que tus proyectos cuajen tan buenamente en cosas de valía, un abrazo,
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