lunes, 10 de diciembre de 2012

A VECES ME ASUSTO…






…Y es que no es común (creo que para nadie) que los planetas se alineen en sentido positivo: para decretar bonanza en alguna de sus múltiples manifestaciones.

Este “veranillo de San Juan”,  o “tiempo de asueto”  si de tristezas se trata, comenzó a mitad de año con la inclusión de mis textos en dos de las publicaciones de ¡Basta!, una en contra de la violencia y otra en contra del abuso infantil. Puede parecer algo muy sencillo para muchos “escritores encopetados”, pero para quien escribe por vocación y necesidad de cuerpo y alma , se convierte en algo muy significativo. 

Luego, la buena nueva desde México: la antología compuesta con autores de ambos países estaba lista y a punto de ser presentada, hecho que ya aconteció y seguirá su rumbo en otras tierras.
 A esto se unen una serie de invitaciones a lecturas que han sido, para mi fortuna, muy agradables y no me he arrepentido para nada de haberlas aceptado: en la Caja de Los Andes, En Café Utopía y en Universidad UCINF.

Regalos extras e inesperados he recibido por medio de las redes de blogs que me he empeñado en formar contra viento y marea: textos publicados en distintas revistas virtuales, como “Con Voz Propia”, “Ombligo”, etc., más un regalo de un joven poeta amigo que se caracteriza por su generosidad en todo aspecto: David Lethei, y la traducción que hizo a mi poema “Hablando de faltas”.

Otra invitación sorpresiva se une a lo mencionado: de Mery Larrinua, para ser parte de los textos leídos el día de ayer en el IV Festival Internacional Luz del Corazón.

¿Faltaba más? Así parece, pues unida a la satisfacción de haber trabajado unos meses en compañía de mi querida Zara Bahdí, dando impulso a una empresa cartonera: Calafate Cartonera, está la invitación de Eli Cárdenas para hacernos una nota con respecto a Calafate y su primer hijo: EL PRINCIPITO. Nadie que no lo haya hecho puede describir con veracidad lo que significa trabajar en ese tipo de proyecto, y ello explica el afán cada vez más creciente de muchos y muchas por trabajar en este noble material. Es una labor preciosa, llena de espíritu creativo, en donde se puede dar rienda suelta a la imaginación sin que edad, estilo, o cosmovisión de mundo sean impedimento en ningún sentido, al contrario: la diversidad enriquece todo lo que brota.

¿Significa todo esto que no ha habido días grises para mí en este último tiempo?



¡Para nada!, y es que no sería VIDA si no fuese así. Hoy mismo es un día denso, lleno de compromisos por cumplir, pero así y todo no quise dejar pasar más tiempo sin dar testimonio de lo que ha llenado mi cabeza desde hace unos días. Los días todos y de todos son una secuencia de altos y bajos, y los últimos,  a veces se prolongan más de lo necesario, pero….tiene que haber una postura frente a ello, un aprendizaje humanitario a través del tiempo que se nos ha asignado, y parte de esa enseñanza es saber reconocer y valorar cuando soplan “buenos vientos”, miren que…la tormentas aparecen sin aviso y por cualquiera de los puntos cardinales.

Sucedió que…a veces me asusto de tanta bendición y me cuestiono si de verdad lo merezco. Obviamente, no puedo responderme esa pregunta, pero confío en que alguien o algo muchísimo más sabio (o sabia) que yo, sabe comprender mis faltas, explosiones y desatinos, y se queda con lo mejor: estas ganas de saber, de hurgar, de hacer y deshacer, de comprender hasta las preguntas mínimas conque nos enfrenta este acto impuesto e indescifrable de Vivir.

En el intertanto, me conformo con agradecer lo recibido y compartir lo aprendido.



Amanda Espejo

                                                                                       Quilicura/ Diciembre-2012



1 comentario:

  1. Bueno, creo que asustarse también es una cuota de humildad, pero creo que tienes todos los méritos que sobresalen en tu obra y es estupendo que tus proyectos cuajen tan buenamente en cosas de valía, un abrazo,

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