RRINCONADO
Están lloviendo hojas muertas
en el campo de la añoranza...
La antigua alameda está desierta.
Ellos,
los de antaño en follaje verde
han cedido y sucumbido
ante el brazo hambriento de la sierra
y el tranco seco del cemento.
¡ El hombre viene !
Y vino...
Sólo un último gigante
mártir por opción y arrinconado
se mantiene erguido, mientras,
de su brazo herido se desprende
una lluvia de hojas secas
que de secas, no están muertas:
no más que en tránsito.
No más que un eslabón del ciclo
que renueva la vida en la tierra.
Doblado, el enraizado ruega
que así como el hombre vino...
Se vaya.
Amanda Espejo
Perfecto ... y justo.
ResponderEliminarAbrazos.
Que bello¡¡ me evoca recuerdos, historias,hazañas de hombres cansados, esperando que el tiempo pase, mirando desde lejos como simples espectadores sus propias vivencias.
ResponderEliminarArrinconados en una esquina de la historia,ahí mismo donde todos nos encontramos.
Un abrazo amiga¡¡