*ENTRE TAMBORES
(Hay crónicas que se escapan de las manos)
(Hay crónicas que se escapan de las manos)
Es noche; una noche estival precursora de ardores de verano, y por el aire, sin censuras, resuena indomable el retumbar de los tambores rompiendo la cadencia propia de la música de las islas.
El baile se desata entre acordes de encordados y compases que gritan libertad: una libertad interior que se desborda desde adentro por cada poro de la piel, hasta electrizar los cabellos.
Es el apronte...
Yo sigo sola, en medio de una centena de gentes que no conozco y mientras acabo una lata de cerveza, rescato tu ausencia y la traigo a mi lado como anónima presencia...
¿Quién eres, hombre sin rostro?
Mil asomos y semejanzas
encubren tu faz, mas,
tus ojos arden y padecen
las brasas del deseo.
¿Qué buscas en mi espalda?
Tu mirada desnuda mi verdad.
¡Descúbreme de frente!
Frente a la luna y al mar...
Podría nadar toda la noche
en este hipnótico mar de cerveza
y mecerme a la deriva
entre espumas de alcohol.
Podría impregnarme de ello
de los pies a la cabeza
y brindarte en mis labios
el desparpajo de SER...
Una caracola salada,
una concha perfecta
destilando amor.
¡Bébeme sin miedo!
Lámeme hasta el recoveco
más íntimo y secreto
hasta que nos estallen
las olas en la arena.
Hasta que las dulces voces
acallen los tambores
e inciten al descanso:
un diluirse juntos...
un breve pestañeo
entre una y otra danza.
Podría bailar toda la noche
a horcajadas sobre ti,
en coyuntura perfecta
hasta que me duela el sexo...
¡Vamos, quiébrame ahora!
Que la marea se trague
cada resto de caparazón
y broten libres las lágrimas,
y coronemos de risas
los placeres del orgasmo.
Hoy, los dioses han gozado
y de amor han aprendido:
Se han embriagado conmigo
y contigo han conquistado
la libertad de romper
cada yugo y sus cadenas.
Hay un rumor de alas nuevas
que te crecen en la espalda
y a mi corazón elevan.
Podría volar toda la noche
a donde moran las musas
y se regocija el SOL.
¡Vamos, escríbeme de nuevo!
(Podría escribir toda la noche)
acabemos esta canción
que habla de mares lejanos
y de bailes entre dos.
Sabe a amargor de cerveza
y al dulzor de lo añorado:
tú y yo juntos,
y la existencia imposible
de un imposible AMOR.
Amanda Espejo
Quilicura / 11 / 05.
*Este texto lo escribí hace ya un tiempo, pero anoche, en una convocatoria de características similares, pensé en él... y me dio tristeza el recordar lo intenso de la situación vivida.
Hoy, no existe en mi vida el mismo motivo que lo inspiró, pero, algo parecido se me insinuó
anoche, sobre todo, el recuerdo y la pena de comprobar que aquellos sentimientos que fueran tan primordiales para vivir, se van disolviendo con el paso de los años y de las situaciones a las que nos hemos, de una u otra manera, de acomodar para tener una vida relativamente en paz.
que fuerza y que gran letrado!!!
ResponderEliminarque cosas POETA, la vida nos va marcando veredas a veces ingratas que debemos de caminar...
Un abracito de sol
el Ser y el Deber Ser es siempre un guijarro dentro del zapato.